Su gran talento nació en Cáceres,
en el año 1983 y, a pesar de que en un principio se encaminó hacia sendas mejor
ajustadas en el “sistema laboral” al estudiar enfermería en Salamanca y ejercer
como enfermero en Italia, un día decidió irse a Madrid y emprender una nueva
aventura en el mundo de la interpretación.
Y así descubrió su verdadera
vocación.
“No creo en el fracaso.”
Nico Romero,
joven intérprete que se describe a sí mismo como: “Un-tipo-simpático.”, demuestra
que tiene un carisma especial al contar con la gran virtud de no creer en
etiquetas: “Nunca me ha parecido muy interesante definirse uno mismo. Eres lo que
haces. Con unos haces unas cosas y con otros otras. Todas son verdad y todas
eres tú, aunque a veces aparentemente puedan parecer opuestas. Pero me atrevo a
decir que, en general, soy un tipo simpático, hasta cuando no lo soy. Creo.”
Y no le falta razón, puesto que este artista que ha dado vida a Simón en “Ciega a citas” y a Jesús
en “Bandolera”, evidencia con
su cercanía, que la naturalidad es la mejor carta de presentación.
Su
formación como actor comenzó en el año 2008, en el Instituto Del Cine de Madrid, donde se diplomó en Interpretación
para Cine y Televisión. A partir de ahí, además de las series de televisión
anteriormente citadas, ha realizado cortometrajes, largometrajes y destacados proyectos
teatrales, tales como “Antígona”
de Rubén Ochandiano y Carlos Dorrego, en el Teatro Español, y “¿A quién te llevarías a una isla desierta?”
de Jota Linares, en el Teatro Lara.
Aunque,
Nico, no destaca ninguno de sus
trabajos de forma particular: “No los veo como algo independiente. Quiero
pensar que hay una línea que los une, un camino y una evolución que me lleva
siempre al siguiente.”
Considera
que su mayor logro es: “rodearme de gente a la que admiro como
persona.” Y le inspiran cosas tan sencillas como: “Absolutamente todo. Desde lo más
grande a lo más aparentemente pequeño puede ser una fuente de inspiración si
entrenas la apertura y la generosidad para dejar que te toque.”
Un chico profundo y reflexivo que admira por encima de todo: “a mi padre y a mi madre. Sin duda.” Y que guía su vida con valores tan notables como: “perseverancia, optimismo… Pero intento practicar (y alguna vez consigo) el respeto (a uno mismo y a los demás) y la libertad. Sobre todo la auto-libertad para permitirse buscar (conseguir es menos interesante), sin pretensiones, ni frustraciones, ni más metas que sentirse bien, ser la mejor versión de uno mismo que, probablemente, no sea la que esperaba nadie, ni siquiera tú. Permitirse ser feliz con uno mismo es el mayor acto de generosidad para con los demás.”
Dentro
de su trayectoria cinematográfica se encuentra “Cuento de verano”, una película dirigida por Carlos Dorrego, que fue presentada en la pasada 18ª edición del Festival de Málaga de Cine Español, en
la sección ZonaZine. Una historia de
amantes múltiples que, con un toque de humor, habla sobre el amor, el miedo y las
distintas opciones que nos da la vida para experimentar en momentos de
confusión.
En
cuanto al Método Advissence, Nico
admite que no lo conoce. Aunque, curiosamente, las bases por las que rige su
vida, son el fundamento de esta metodología cuya única finalidad es permitir al
artista buscar (y en este caso, conseguir) con plenitud (felicidad durante el
recorrido de búsqueda), ser la mejor versión de uno mismo. Con lo cual, Nico no se encuentra muy desencaminado en
hacer uso, sin saberlo, de las herramientas del Método Advissence, que le permiten
ser una persona asentada en la excelencia o, como él lo denomina: “Auto-libertad”.
Si quieres saber más sobre Nico Romero, accede a su página web oficial: www.nicoromero.info o síguele en sus Redes Sociales:
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